Cuando tenemos objetivos claros y armamos todo un plan para llegar a ellos es probable que te pase lo mismo que a mi.
La alegría que me da pensar en mis sueños, en las metas que voy a lograr y en el momento en que se hagan realidad, me hacen saltarme un paso muy importante; el paso de VIVIR EL MOMENTO. Estamos constantemente pensando en el futuro, en esas metas por cumplir que así tengamos un plan, un camino muy claro se nos olvida disfrutar el paso a paso.
Aquí te cuento un poco de mi proceso en los últimos años y cómo llegué a un burnout y una sensación de tristeza debido al estancamiento.
Hace más de un año, cuando comencé a estudiar para ser health coach, no solo estaba emocionada por aprender y devorarme todas las lecturas, sino que al mismo tiempo, me entró una angustia y preocupación de cómo iba a lograrlo ya que no solo estaba trabajando como arquitecta sino también tenía Mahé Bakery [el emprendimiento de postres que también encuentras en esta pg web].
Me levantaba entre 5:30-6am a hacer ejercicio, entre 8-8:30am comenzaba a trabajar en arquitectura, a medio día alistaba los pedidos para entregárselos al mensajero, preparaba almuerzo, y mientras almorzaba estudiaba. A las 2pm retomaba el trabajo de arquitectura y a las 6pm paraba para cenar algo ligero y ponerme a cocinar hasta las 9-10pm. Y así de lunes a viernes. Los sábados y domingos me tomaba las mañanas para hacer ejercicio y, después de almuerzo, estudiar lo que me faltaba de la semana. Meses pesados, de cancelar planes con amigos, tiempo con familia, de descansar todo por cumplirme y cumplir mis metas.
Un año después me gradué pero lo poco que me quedaba de “tiempo libre” se copó con asesorías a clientes 1:1. Fines de semana para agendar, programar, crear contenido, es decir, una lista sin fin.
10 meses después me encuentro sentada en mi cama llorando sin razón o motivo claro, una semana triste donde lo que parecía ir bien, me llenó de angustia, decepción y estrés. Fue ahí cuando apareció el famoso “burnout”, definido como <estrés laboral que da lugar a una sensación de agotamiento generalizado>.*
El querer llegar ya a mi propio éxito, a tener todo lo que siempre he deseado, a crecer de forma acelerada, a soltar ciertos hábitos, creencias, acciones y dedicarme a lo que más me nutre y me llena, a los buenos hábitos, que algunos no son tan fáciles de adquirir, y a ser mi mejor versión, rápidamente fueron creando una bola de estrés, de pensamientos negativos y de decepciones. Estar haciendo y produciendo 24/7 sin parar, sin darme momentos para descansar la mente, para respirar y pensar con claridad me llevaron al burnout. Fue justo ahí cuando caí en cuenta que no he disfrutado mi proceso. El proceso de ser feliz creando contenido, de alegrarme por los buenos comentarios de los clientes, de enorgullecerme por tener 3 trabajos y poder sacarles el debido tiempo, amor y esfuerzo. El proceso de amarme a mi misma, engrandecer el amor propio, de aportarle ideas y reflexiones a las personas y de crecer una comunidad saludable.
A veces tenemos que parar para ver todo lo que hemos logrado, lo que hemos cultivado y entender que todo lleva su tiempo y llega en su momento. El momento perfecto no lo determinas tu, lo determina el universo, lo que es para ti, sencillamente es para ti. Saber agradecer los detalles; el amanecer, la música, las sonrisas, tu familia, tus amigos, tu cuerpo. Entender que tus metas tienen un recorrido, largo o corto, lo que importa es el camino, ¿Cuánto te disfrutas ese recorrido? ¿Por qué acelerar el proceso, si la vida está llena de momentos?
Te dejo estas dos preguntas para que reflexiones sobre tu propio camino, tu definición de éxito y qué tan rápido estás llevando tu vida o si estás viviendo el momento presente.
*Referentes: www.quironprevencion.com